En el taller literario de Antonio Zambrano, Octavio Jiménez me invitó a participar en las fiestas patronales, tenía ganas de estrenar Terrón de azúcar, pero Octavio deseaba que se montara teatro infantil. Por un momento soñé que contaría con la participación del elenco pasado de Orfanato de gatos. Pero bien lo dije, lo soñé, porque una vez concluido el curso de verano no volví a saber de nadie del reparto original sino hasta un año después.
Tenía un problema grande porque el tiempo se venía y aún no tenía proyecto para Octavio, así que recordé a Ehli, la niña que había actuado en La fiesta de cumpleaños y también que estudiaba en un colegio particular al que me acerqué.
Cuando visité la escuela de monjas me le presenté a la Madre con el video de Orfanato de gatos en mano esperando que me hiciera un milagro… en efecto el milagro sucedió.
Trabajé con los chavos de prepa y posteriormente con los de secundaria, pero no percibía compromiso alguno y las piernas me empezaban a temblar con cada día que pasaba. Hasta que de plano me envió con los de primaria, ahí estaba Elhi de nuevo como en los viejos tiempos.
Cuando vi el número de personas que querían participar estaba a punto de volverme loco, pero recodé que tenía una deuda con una obra que estaba sin estrenarse: La niña del zoológico.
Todo fue miel sobre hojuelas porque los niños avanzaban rápidamente y cada vez era menor la posibilidad de cancelarle a Octavio, pues en las calles empecé a observar el cartel donde se anunciaba mi participación.
Abrimos con La niña del zoológico, mientras la obra se efectuaba, tras bambalinas todos corríamos de un lado a otro, recuerdo que me había parado sobre una bocina y por un momento me tambaleé y no sé de donde agarré equilibrio para no caer, en Árboles de Imtrai en el cuadro donde las leñadoras prenden un candelabro aventé una caja de cerillos esperando que no se diera cuenta el público. Ulises Arellano no sabía que leería cuentos de Antonio Zambrano y en fin… nos divertimos todos ese día.
El comité de padres de familia habían sugerido que trabajara en el colegio pero habían cuestiones que no me convenían y no se concretó nada.
Quiero cerrar escribiendo que aunque disfruto la experiencia de trabajar en el teatro, fue la primera vez que recibí una paga por divertirme tanto.
CRÉDITOS.
Actuación de los niños del Colegio Sor Juana Inés de la Cruz.
MAESTRO DE CEREMONIA.
Octavio Jiménez.
APOYO TÉCNICO.
Román Becerril.
Ulises Arellano.
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