Los momentos de volver a ser alumno y no maestro son
oportunidades de aprender nuevas metodologías. Es por eso que cuando Fernando
Huescas Bello me pidió le auxiliase en la comedia El Dr. Locuratodo,
inmediatamente accedí.
En mi calidad de alumno compartí mi experiencia por primera
vez con gente mayor de edad del programa Enlace, a cargo del Instituto Mexicano
del Seguro Social.
Aunque hacer reír al público no ha sido una preocupación,
excepto en las obras teatrales para niños, caracterizar a un doctor que cura a
sus pacientes con una serie de rituales mágicos me sirvió de pretexto para
modificar los diálogos y jugar con la sátira política y con la ridiculización
de personajes regionales. El resultado fue positivo ya que la gente identificó
de inmediato los chistes locales. Al igual, la caricaturización, las cabriolas,
el exceso de gesticulación fueron mecanismos del humor que disfruté. Me di
cuenta que salir de una zona de confort es necesario, pues explorar es también
un camino forzoso a seguir, sino ¿de qué otra forma vamos a crecer?
La nota en la gaceta de lectura Propuesta cultural:
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