Creo que en el caso de cualquier persona que escriba teatro siempre se preguntará: ¿cómo verá el público la puesta en escena desde la butaca?, ¿si algún individuo dirige la obra, la llevará hasta sus últimas consecuencias?, ¿qué es lo que el actor aportará de sí mismo al personaje?
La oportunidad de saber esto se presentó cuando la nueva directora del CSS 101, Lulú Trejo, me invitó a participar con teatro para el Día Internacional de la Mujer. Ulises Arellano me apoyaría en la dirección de Terrón de azúcar y Carolina Ávalos sería la protagónica.
Tiendo a acotar de forma somera porque aparte de que así se me enseñó, busco darle libertad de interpretación a la gente.
Citando a Ronald Hayman:
El dramaturgo puede escoger y escribir: mintiendo, sonriendo o titubeando en las acotaciones; pero existe un límite reducido en la cantidad de información que puede transmitir de esta manera. El medio tiende a ejercer presión sobre él para que haga aseveraciones a través del diálogo, dejando que sea interpretado de manera diferente en cada producción. Esto podría considerarse una limitación del medio, pero un gran director puede volver estas limitaciones en ventajas.Y así sucedió, Irwing Arellano quien sonorizó la obra hizo un loop del soundtrack, posteriormente al efecto de un timbre telefónico fue subiéndole el volumen gradualmente para incrementar la tensión en el público.
Casi no me presenté a los ensayos porque en aquél tiempo trabajaba en un proyecto de teatro para Desarrollo Rural y SEDESOL. Pero el día del reestreno pude ver en primera fila todo. La institución ofreció a una persona que estudiaba para ser estilista le hiciera el peinado y maquillaje a Carolina Ávalos, ¿qué más podía pedir? Sólo supe que desde el público es difícil desapartarte de la sucesión de eventos que de antemano sabes estarán por venir, por eso es inevitable descubrir aciertos y errores.
Así que en base a esta experiencia mis preguntas fueron contestadas:
¿Cómo verá el público la puesta en escena desde la butaca?
La gente está atenta al desarrollo de la obra, mientras espera de qué forma el personaje resolverá el conflicto desconoce que se le prepara para un impacto dramático que lo dispondrá a la reacción colectiva.
¿Si alguna otra persona dirige la obra, la llevará hasta sus últimas consecuencias?
A los pocos ensayos que fui me tocó ver a un Ulises gritón, exigente, lúdico, divertido y siempre apoyado por su hermano Irwing. Como he dicho antes, ellos añadieron algunos elementos que no estaban acotados, así que la consecuencia fue experimental.
¿Qué es lo que el actor aportará de sí mismo al personaje?
Ulises en sus visitas al trabajo me había dicho que Carolina se sentía identificada con el personaje, desconozco que pasaba por su mente al momento de representar al papel. En algún momento acentúo el diálogo al quebrar la voz, no sé si estaba a punto de llorar o si estaba fingiendo, pero eso es parte del trabajo del actor. Hacernos creer y esa tarde creí en ella.
Créditos:
TERRÓN DE AZÚCAR.
Carolina Ávalos Herrera / Jalea de exceso.
DIRECCIÓN.
Ulises Arellano Miranda.
TÉCNICO DE SONIDO
Irwing Arellano Miranda.
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